sábado, 14 de marzo de 2015

Cosas que aprendí al desenamorarme

Si bien estar enamorado es algo que todos anhelamos por las mariposas en el estómago, por la montaña rusa emocional, por las endorfinas que hace que genere nuestro cuerpo, por pensar a todas horas en esa persona y sonreír embobados, hay algo terrible en el hecho de estarlo: te olvidas de ti mismo y sólo te centras en lo bien que esa persona te hace sentir.

No obstante, he de decir que mi opinión no es del todo objetiva. Como persona que ha estado enamorada un par de veces en mi vida (y es literal), no puedo más que basarme en mi experiencia. Sé a ciencia cierta, que seguramente, va a depender mucho de la persona de la que te hayas enamorado, de cómo llevéis vuestra relación, del tiempo que llevéis juntos, etc.

El caso es que llevo casi un año y medio sin estar enamorada (puede que más. El amor creo que se me había acabado antes que la relación), y me he dado cuenta de algunas cosas sobre mí misma. Unas las había olvidado, y otras no las sabía.

1. No soy una amargada. No estoy arriba todo el tiempo, es cierto, pero en líneas generales, soy una persona positiva. Me he caído muchas veces, pero todas me he levantado. No hago el avestruz y escondo la cabeza, y siempre, siempre, encuentro la forma de salir adelante.

2. Soy generosa. Tengo limitaciones económicas, sí, pero ¿quién no las tiene?

3. Soy graciosa. Una de esas cosas que he descubierto de mí misma, y de la que más orgullosa me siento. Hacer reír a la gente, me hace casi más feliz que que me hagan reír a mí.

4. No estoy loca ni me imagino cosas que no son. No tengo un 100% de fiabilidad, y es más, tengo tendencia a no enterarme nada hasta que es muy evidente; por lo que cuando "veo" algo, hay altas probabilidades de que sea cierto.

5. No soy celosa. Los celos forman parte de las inseguridades innatas en las personas. No fui celosa al principio de mi relación porque estaba muy segura de lo que tenía y de lo que sentía. Los celos llegaron cuando esos principios empezaron a fallar, y cuando empecé a sentir que me estaban engañando, de una forma o de otra. Es una de esas partes de mí que no pienso permitir que vuelvan. Formaron parte de lo que me hizo irreconocible hasta para mí misma.

6. Soy comprensiva. Es más, me paso de comprensiva. Mis amigas dicen que tengo la tendencia a justificar casi cualquier cosa que haga otra persona.

7. Soy creativa. Una parte de mí que tuve olvidada. Hoy en día no me llegan las horas del día para todo lo que tengo y quiero hacer.

8. Me gusta estar sola. Disfruto del silencio a veces más que de la compañía. Odio tener la tele todo el día encendida. Y me puedo pasar horas simplemente pensando.

9. Me gusta dormir sola. Hubo un tiempo en que despertarme sin esa persona a mi lado era una tortura.... Hoy me pongo música, me levanto, me preparo el desayuno y me lo llevo de vuelta a la cama. Y es una mañana perfecta.

10. Y me gusta hacer muchas más cosas sola.... Viajar, sentarme en una terraza con un libro, dar un paseo, etc.


Seguro que hay muchas más cosas que he descubierto o redescubierto. Fueron 7 años de relación intermitente, con muchos altibajos. Un relación que ocupaba tanto tiempo en mi cabeza y fuera de ella que hizo que dejase atrás muchas cosas.

Hoy soy feliz el 90% del tiempo, puede que egoístamente feliz. Sin embargo, la versión 2.0 de Judith me gusta mucho más. Porque, a pesar de que un 10% de mi tiempo me hago preguntas estúpidas inherentes a la soltería y a estar rodeada de parejas, este año y medio sola ha sido de los mejores de mi vida