domingo, 27 de marzo de 2016

Me enamoro

Siempre creí que me costaba mucho enamorarme, pero últimamente me he dado cuenta de que no. Más bien es todo lo contrario; me enamoro casi todos los días.

Me enamoro cuando me doy cuenta de que alguien me tiene cariño de verdad cuando pasa a llamarme Ju o Jud.

Me enamoro cuando alguien me llama toxo o cardo, porque significa que me van conociendo pero me quieren igual.

Me enamoro cuando alguien me llama rubia aunque esté teñida de castaña, porque conocen bien mi esencia aunque yo a veces me empeñe en ocultarla.

Me enamoro cuando alguien me dedica una canción, o un estado de Facebook, o un chiste, o un gif, porque significa que están pensando en mí.

Me enamoro cuando hago reír a alguien porque no hay nada que me guste más que que me hagan reír y hacer reír.

Me enamoro de esa gente que te insulta desde el cariño.

Me enamoro cuando confían en mí para guardar un secreto.

Me enamoro cuando me dicen "Gracias por existir, maxiyo".

Me enamoro cuando me dicen "Espero y deseo que esta noche te sirva para ver cuánto amor das, porque es nuestra intención que lo recibas de vuelta"

Me enamoro cuando me dicen "te quiero capulla".

Me enamoro cuando me dicen "Todo lo que vales no cabe en esta tarjeta".

Me enamoro cuando me animan a creerme mejor de lo que me creo, lo cual no sé si es lo mismo que lo que soy.

Me enamoro cuando salen corriendo porque he tenido un día de mierda e improvisamos un cine o unas cañas, o un desayuno con niños, o una pedicura rápida.

Y me enamoro. Y punto.

Es imposible sentirse incompleta de esta manera, pero a veces sí que lo hago. Es como si faltase una única pieza de un puzzle de mil. Puedes ver la imagen perfectamente, y es magnífica, pero ahí está, incompleta. No sé si aparecerá o no, porque por molesto que resulte ver el puzzle incompleto, no la estoy buscando.

Así que, de momento, me enamoro, y punto