domingo, 22 de febrero de 2009

Tensión sexual

Cuando las mujeres nos tranquilizamos, y nos dejamos de chorradas con los hombres, y nos sentimos lo suficientemente seguras de nosotras mismas, las cosas suceden naturalmente.

Cuando ese momento llega, dejamos a un lado las alucinaciones que nos hacen ver cosas donde no las hay, y a la vez olvidamos ese sentimiento de culpa por sentirnos deseadas, ya sabéis ese "no, no me está mirando a mí".

Aceptemos los hechos.

Lo cierto es que una mujer soltera busca relación estable. Y por relación estable me refiero a novio o pareja o amigo o sexo ocasional, pero estable (Samanthas a parte). Sin embargo, un hombre soltero busca todo lo opuesto. No es que busquen inestabilidad, pero sí frugalidad, y en el caso de que la noche se haya dado mal repiten con hembra conocida ( si ella se deja, claro).

Es como la teoría de la vaca nueva y la vaca vieja. Una vez vi una película en la que la protagonista, tras un desengaño amoroso, acababa comparando a los hombres y mujeres con vacas y toros. Por lo visto había encontrado un estudio científico en el que se decía que los toros no querían copular dos veces con la misma vaca. ¿Es realmente así? No lo creo. Y sinceramente lo mejor de la película es ver a Hugh Jackman en ropa interior...¡Todavía no me he repuesto de shock!

Sin embargo, sí que he comprobado, y contrastado con otras mujeres, que, por lo general otra vez, una vez emparejados, y pasados los meses iniciales de pasión, los hombres pierden algo de interés por el sexo. Es como si dejasen de estar "embravecidos" y estuviesen felices en el redil. Parece como si no sintiesen la necesidad de seguir demostrando lo "machos" que son; eso lo dejan para la soltería, el momento de ser "picha brava" (me empiezo a explicar lo de las despedidas de soltero...).

Pero en el caso de las mujeres sucede al revés. Puede que todavía, en pleno siglo XXI, haya algunas que se sientan presionadas por el que dirán de una mujer sexualmente liberada; pero lo cierto es que, en mi opinión, obedecemos a conceptos más prácticos.

Las mujeres reaccionamos a estímulos de muchos tipos y no sólo los físicos, así que, para la mayoría de nosotras, el sexo no es liberador, cómodo y divertido más allá del placer físico, hasta que no estamos con una pareja que nos hace sentir relajadas y nosotras mismas.

En el sexo ocasional se finge constantemente, y no sólo orgasmos. Pretendemos impresionar a la otra persona con acrobacias, con poses y frases de peli porno. Y es que damos palos de ciego y no sabemos qué es lo que accionará el botón. Y por si no hubiese suficiente comedia durante el "acto", llega el momento de la despedida el eterno "te llamaré". ¿Para qué? ¿Para repetir este desastre o para ir al cine?

Por eso, para nosotras, el momento liberador es cuando dejas de fingir en la cama y no sólo orgasmos. Y así, cuando estamos en una relación tenemos mucha más necesidad de sexo...Aunque parece que a los hombres les pasa al revés. ¡Condenados a no entendernos!



Cuando estamos sexualmente satisfechas nos tomamos los momentos de tensión sexual que puedas tener de la manera más natural. Sabemos en ese momento que irradiamos tranquilidad y, lo que es más importante, bienestar con nostras mismas. Nos sentimos bellas y deseadas si no en todo momento, casi; y sabemos que despertamos deseo y respeto en los hombres. Y eso es lo que a un hombre más le pone: una mujer por la que sienta un profundo respeto.