lunes, 6 de junio de 2011

La única

Yo no sé mucho de psicología masculina, si es que le podemos llamar así. Llevo 32 años siendo una chica y, evidentemente, esto es de lo que sé más. No sé cómo piensan los hombres, y cada vez que creo que me acerco me sorprenden para bien o para mal.
Sin embargo, rompiendo una lanza a su favor, también he de decir que hay mujeres que sorprenden para mal. Pero incluso con estas mujeres todas tenemos algo en común: todas queremos ser la ÚNICA.
Por mucho que todos y todas digamos que queremos sinceridad y honestidad en nuestras relaciones hay ciertas cosas que no queremos saber. No importa si tenemos una relación monógama, una relación abierta o un simple rollo ocasional. Nunca queremos saber que esa persona pone sus ojos, sus manos o sabe Dios qué más en otra persona.
Todos tenemos un sentido muy ególatra de nosotros mismos. Creemos que somos maravillosos, irrepetibles, únicos.... ¿Cómo nos hace sentir que esa persona prodigue las mismas atenciones o mayores a otro/a?
Hay un tipo de mujeres que no me gusta nada: las mujeres que tienen que ser el centro del elenco masculino a su alrededor al precio que sea; bien sea llevando una minifalda que no deja espacio a la imaginación, bien sea gritando más que el resto, o bien ninguneando a todas las mujeres que se acercan a su coto de caza. Y sin embargo, hay una parte de mí que se identifica con ellas. Yo no necesito llamar la atención de todos los hombres a mi alrededor, y de ser así, ni mucho menos lo haría de esa manera, pero sí quiero que la persona de la que esté enamorada me mire y piense que no necesita nada más; quiero que piense que no hay mejor compañia que la mía; que no hay ningún lugar en el que preferiría estar.
Visto así suena muy mal. Suena asfixiante, manipulador y obsesivo....lo sé. Evidentemente, procuro no ir a ese extremo. Y es fácil no llegar ese extremo siempre y cuando haya confianza, respeto y comunicación.
Seamos sinceros. Todos miramos a otra gente. Todos pensamos en algún momento "lo que te hacía si no estuviese con alguien". El matiz radica en pensar: "lo que te hacía si no estuviese enamorada de otra persona; si no fuese la persona más feliz del mundo cuando estoy con esa persona". Todos tenemos ojos, y lo cierto es que tenemos que usarlos....
Pero sí queremos ser los únicos. Y aunque, como dije al principio, no soy muy ducha en psicología masculina, me inclino a pensar que a ellos les ocurre lo mismo.
No es lógico. No es sano. Es egocéntrico. Es impulsivo. Es irracional. Es amor.

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