domingo, 9 de junio de 2013

¿Mujer del siglo XXI?

Dispuesta a averiguar qué era lo que un libro como 50 sombras de Grey tenía para haber enganchado a tantas mujeres, para, en general, hacer que se volviese a leer más, me lo leí hace unas semanas. No voy a ahondar en una crítica del libro, pero fue exactamente lo que me esperaba: un horror. Reconozco que hay partes que pueden enganchar algo, y que durante 200 páginas quise llegar al fondo de la cuestión, que, obviamente, no existía. También reconozco que su autora tiene tablas en la televisión (trabajó como ejecutiva y guionista), y sabe lo que vende y cómo venderlo; porque en una gran estrategia de marketing (no le niego su mérito. La mujer esta es lista), el libro deja en las últimas 30 páginas muchas preguntas en el aire sobre el personaje del Sr. Grey.
Terminado el libro me pregunté por qué mujeres del siglo XXI se pueden haber enganchado en masa a una historia plana y tan mal escrita que hace que Corín Tellado merezca un premio Nobel (sin desmerecer el género al que se dedica la Sra. Collado, y en el que es toda una maestra....y lo digo sin una pizca de ironía). Pero es que además, las novelas de la Sra. Collado pertenecen una época en la que as mujeres estaban todavía muy reprimidas a muchos niveles; subyugadas a un marido dominante (y en este caso no lo consideraban nada erótico) o a una sociedad machista en general, que las ponía en el ojo del huracán cada vez que se expresaban de una forma distinta a la socialmente aceptada. En el siglo XXI las cosas son distintas, o eso creía yo, hasta que leí una encuesta de Mondadori en la que se afirma que este libro ha cambiado la vida sexual de las mujeres que lo han leído. Estupefacta, aunque teniendo en cuenta las estrategias de marketing que una editorial puede poner en marcha, por un segundo dudé de la veracidad de esta encuesta. Lo cierto es que, aunque hayan exagerado la estadística, tenía sentido que este libro hubiese provocado algo por el estilo. Pero mi estupefacción fue a más al darme cuenta de que, en realidad, lo de que las mujeres del siglo XXI estamos más liberadas que las generaciones anteriores puede que sea todo fachada.
En pleno siglo XXI estamos retrocediendo un siglo, sino más, cuando en demasiados países el aborto sigue sin ser legal en todos los supuestos. Una buena cantidad de los países que abogan por una ley del aborto más dura son países religiosos; lo que significa que tampoco se promueve el uso de métodos anticonceptivos en la población. Así, básicamente, se obliga a las mujeres a ser madres, con todo lo que ello implica. Uno de los derechos más fundamentales de los individuos es a poder elegir lo que quieres para tú vida. Ser madre no puede ser en ningún caso una obligación, ni un privilegio. Ser madre es una decisión propia, única e intransferible, y los motivos por los que una mujer decide o no ser madre no pueden estar impuestos por un Gobierno o por la sociedad. Y sí señores, el cambio de todo esto también reside en una sociedad fuertemente anclada en el pasado. Mientras sigamos oyendo eso de "se te va a pasar el arroz", o sigamos viendo caras de pena cuando pasamos de los 30 y no nos hemos casado ni hemos tenido hijos, o se nos siga tachando de egoístas o inmaduras por no haberlo hecho no habremos conseguido avanzar. Porque lo más increíble es que la mayor parte de estos comentarios provienen de otras mujeres....
¿Y qué pasa si eres madre y trabajadora? Pues más de lo mismo. Vives con una culpabilidad constante por no poder dedicarle las 24 horas del día a tus hijos, como hicieron nuestras madres o abuelas. Pero tienes que darle de comer, pagarle una educación, y, por qué no, tener tu propio espacio como persona. Y es que desde el día que nace tu hijo tu papel en la vida pasa a ser madre 24h. Y así está socialmente aceptado. Por eso nos sentimos culpables y malas madres. Además, un trabajo no es siempre un medio para un fin. Hemos estudiado y nos hemos formado para conseguir trabajos que nos aportasen algo; por tener un espacio en el que seas valorada por lo que haces y disfrutes haciéndolo en el que tienes otro tipo de recompensas como individuo, y no sólo como mujer, que son igualmente necesarias. ¿Por qué sentirnos culpable por ello?
En pleno siglo XXI una novela como 50 sombras de Grey abre la mente de las mujeres en lo que al sexo se refiere. ¿En serio? ¿En serio? Que las mujeres de este siglo sigan teniendo tantos tabúes sobre el sexo me asusta, pero me asusta todavía más que crean que lo de este libro es real. Hombres del mundo temblad porque a partir de ahora os pedirán que las azotéis pero sigáis siendo tiernos, que las hagáis tener orgasmos con sólo mirarlas, y demás tonterías que se detallan en el libro.
Podría seguir infinitamente...
Señoras, vayan al espejo y mírense por dentro y por fuera. Siéntense bien con el individuo que son (y he dicho individuo y no mujer a propósito). No importa la talla que llevemos, nuestro color de pelo, si somos madres o no lo somos, si lo queremos ser o no. Empecemos por dejarnos de juzgar entre nosotras mismas y a nosotras mismas. Dejemos de mirar lo que hace el vecino y cómo lo hace, y miremos más hacia dentro. Busquemos lo que queremos, lo que nos hará feliz, y respetemos a quién no quiere lo mismo. Alegrémonos por la amiga que tiene un hijo, pero también por aquella que decide no tenerlo; por aquella madre que decide dejarlo todo por sus hijos y por la que que quiere que su carrera profesional también triunfe. Y enseñemos esto a nuestros hijos, a no olvidarse de que son individuos, a que busquen su propia felicidad y no la que nosotros o los demás crean que es más adecuada para ellos.

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