viernes, 2 de abril de 2010

El fin del romance

Siempre me ha gustado Graham Greene y su fascinación por la
coexistencia de temas paganos y religiosos. Siempre habla de cómo coexisten en nosotros el ángel y el demonio, de cómo nos debatimos entre nuestras pasiones y nuestro racionalismo, supuestamente innato.
El fin del romance fue la primera película; fue la que me llevó a leer a Graham Greene y convertirlo en un autor de cabecera para mi.
Dice Ralph Fiennes que es mucho más fácil escribir desde la tristeza, y es cierto. ¿Cómo se escribe de la felicidad? La tristeza es más fácil de comunicar con palabras, mientras que con la felicidad lo hacemos con gestos. Normalmente ocultamos sentimientos como la tristeza, la culpa o el dolor, y manifestamos abiertamente nuestra felicidad. Y es de eso de lo que trata El fin del romance. Bueno, entre otras cosas, porque básicamente es una historia de amor y deseo. Y estos sentimientos tienen rostro propio en la película.

Ralph Fiennes dice: "los celos sólo existen si existe el deseo".

Julianne Moore dice: "¿Crees que el amor se acaba sólo porque no me veas?"

Y ahí están; esos dos sentimientos que todo lo mueven y todo lo confunden. Siempre volvemos a ellos. Siempre están ahí. Nos convierten en personas que no queremos y nos llevan obsesivamente por caminos por los que nunca creimos que andaríamos.

¿Es cierto eso de que quién bien te quiere te hará sufrir? ¿Y por qué?¿Para qué?

La verdad es que nunca estamos contentos hasta que no complicamos las cosas lo suficiente, y a veces nos ponemos las excusas más gregarias para hacerlo. Por ejemplo, en la película, Julianne Moore pone fin al romance basándose en que le ha hecho una promesa a Dios.

Y puestos a hacer daño, ¿cualquier excusa es válida? ¿Es tan fina esa línea entre el amor y el odio? ¿Es tan fácil pasar de un lado al otro? Una vez alguien comparó su amor con un río, ¿es que existe algún puente supersónico que no sabíamos que estaba ahi? Bueno, yo al menos. Y lo que es más importante, ¿es un puente en las dos direcciones? ¿Sólo pasamos del amor al odio? ¿Nunca del odio al amor?

Según la película, va en las dos direcciones. Ralph Fiennes pasa por un proceso de amor-odio-amor-odio. Pero es que a su personaje lo domina el deseo, mientras que al de Julianne Moore lo mueve el amor, lo que hace que sus cimientos sean más firmes; y quizá, ¿más verdaderos? ¿Es más auténtico el amor que el deseo?

La película de mañana es Walk the line...más material para seguir pensando en esto.

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