A
veces el ruido externo nos impide escuchar lo que pasa dentro. Es como una
tormenta que sólo te deja concentrarte en cuando vas a oír el próximo trueno.
Esa tensión, ese miedo que atenaza y que hace que olvides que hay algo pasando
más allá del cristal.
Lo
mismo ocurre cuando te dicen lo que quieres escuchar; cuando tienes tanto miedo
a lo que hay dentro que lo que oyes fuera te sirve de perfecta distracción. Y
lo necesitas como una droga que libera la tensión de tu cuerpo. Sabes que no es
real, que es un engaño; y aún así dices:
Sí. Báilame el agua.
Somos
humanos y nos aferramos a cualquier clase de optimismo que encontramos por el
camino o corremos el riesgo de morir de realidad. Por eso sí, báilame el agua.
Y es
que aunque soy defensora de un toque de cinismo porque me protege, me ayuda a
reírme de mí misma y a trivializar el millón de cosas que están mal, a veces
necesito una dosis extra de optimismo y autoestima.
Y sé
que no debería venir de fuera.
Y sé
que no es completamente real.
Y sé
que no es bueno, pero báilame el agua.
Báilame
el agua porque no me quiero deshacer del trocito de inocencia que me queda. Es
más, quiero arraigarlo y que crezca. Quiero tener la mirada limpia y saltar en
los charcos, literal y metafóricamente hablando. Quiero seguir creciendo pero
sin rencor, sin miramientos, sin desconfianza, y sobre todo sin miedo.
Por
eso báilame el agua. Pero sólo un rato; lo suficiente como para no rebasar los
límites de la estupidez o de la mentira; lo suficiente como para darme un
respiro; ese halo de irrealidad que mi inocencia y yo tanto necesitamos.
Báilame el agua
Úntame de amor y otras
fragancias de tu jardín secreto
Sácame de quicio, hazme sufrir
Ponme a secar como un trapo
mojado
Lléname de vida
Líbrame de mi estigma
Llámame tonto
Olvida todo lo que haya podido
decirte hasta ahora
No me arrastres
No te asustes
Vete lejos pero no sueltes mi
mano
Empecemos de nuevo
Toca mis ojos
Nota la textura del calor
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos y deja que te
invite a un café
Caliente, claro y sin azúcar
Sin aliento
UNAX
UGALDE, David en Báilame el agua
P.D.
Si no la habéis visto, deberíais
No hay comentarios:
Publicar un comentario