martes, 12 de septiembre de 2006

Love sick

"Love sick" lo podemos traducir de dos maneras. Por un lado, de un modo muy literal, lo entenderíamos como "enfermo de amor". ¿Hasta que punto es esto cierto?
Ayer oí a un hombre hablar de una ex: "Estuve muy enamorado de ella". No había en su tono ni una pizca de nostalgia; ni siquiera un matiz de ternura, o incluso de rabia. Nada. Utilizó el tono más neutro del mundo. Mi tendencia, por ser mujer, es pensar que los hombres no tienen corazón y que todos son iguales; pero luego me paré a pensar un poco más. Eso era generalizar demasiado. ¿Acaso no hay mujeres sin corazón? Y empecé a recordar... He conocido a mujeres que, al igual que muchos hombres, se enamoraban una vez por semana. Es una modalidad vírica del amor.El amor como un virus; los hay, incluso, que duran 24 horas. Y como tal virus, hablan del amor como si fuese una gripe que acaban de pasar.
Así que, igual que con las enfermedades, hay gente que es más propensa al amor, y hay otra que está inmunizada. ¿Por qué? ¿Existe un factor genético?
Alguna vez me han explicado en qué consiste el proceso físico-químico por el que pasamos cuando nos enamoramos; es más, ese proceso y esa euforia en la que te ves envuelto tienen, por lo visto, fecha de caducidad. Siempre he intentado negarme a creer en afirmaciones como esa, porque puede que prefiera creerme frases como la de "Historias de Philadelphia": "Las mujeres son propensas al romanticismo". Puede que no todas, pero yo sí. Por eso me he negado a aceptar el hecho de que el amor es un proceso químico que ocurre en nuestro cerebro. Siempre he sido una crédula, y los años me han enseñado que a veces es mejor creer lo imposible que aceptar lo probable.
Puede que por ello esté condenada a sufrir una "larga enfermedad"; puede que "mi enfermedad" no se cure con paracetamol y líquidos...
Pero hay una segunda traducción para "love sick" y es "harto/a del amor". Es una traducción que no es tan literal, pero, en cualquier caso, no deja de ser curioso y a la vez significativo que esos dos sinificados se unan en una sola expresión.
A mí, mi enfermedad de amor me lleva a estar harta del amor.

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