martes, 14 de noviembre de 2006

Depilaciones

Ayer hablaba con una amiga y me contaba lo mal que lo estaba pasando por culpa de la depilación brasileña. "Es que pica horrores. Cualquier día de estos me dejo el modelo selva tropical". La semana pasada, otra me decía que se había gastado una buena suma de dinero en depilarse todo de ombligo para abajo. Otras dos hacían lo propio hace unos días.
Justamente ayer vi en la televisión un anuncio en el que las mujeres para reivindicar no sé qué hacían que se dejaban sin depilarse el vello de las axilas y el entrecejo; eso lo que se veía, claro, porque aparecían vestidas.
Y así nos pasamos la vida entera buscando y quitando pelos de donde no los hay ¿en un intento de vernos más guapas y más deseables a los ojos de los hombres?¿Es sólo eso o hay algo más?
Yo soy rubia así que durante mucho tiempo ni me lo plantee. Yo no tenía ese problema. Pero un día empecé a ver vello donde casi no lo había, y me convertí en una exclava de la cera más. Por suerte la depilación me dura meses, y me puedo olvidar durante mucho tiempo. Siempre he compadecido a las pobres mujeres que no tienen otro remedio, y que además lo tienen que hacer a menudo; y creo que la depilación láser debería tener un gran descuento para ellas; al fin y al cabo, se lo merecen después de todos esos años de sufrimiento.
Los hombres no son capaces de ver todo ese esfuerzo. Y no lo digo desde el punto de vista de una feminista despechada. No soy feminista; nunca lo he sido; y espero no serlo jamás. Lo hubiese sido si hubiese nacido entre el siglo XIX y el XX. Hubiese sido sufragista, y me hubiera gustado parecerme a Jane Austen. Pero hoy por hoy el feminismo no me parece necesario. No hablo tampoco desde el coorporativismo. Soy una persona (y digo persona, y no mujer) muy independiente y nunca he tenido conciencia de grupo. Creo que los gremios pertenecen a la Edad Media. Sin embargo, he de reconocer que me interesa, es más me apasiona la lucha de sexos. Hay que reconocer que las diferencias entre hombres y mujeres son notables, y que, además, son éstas las que hacen que nuestra convivencia sea unas veces maravillosa, y al segundo siguiente insoportable. Que los hombres son simples y que nosotras intentamos ver cosas donde no las hay es un hecho universal. Que los hombres tienen más capacidad de concentración y que las mujeres son capaces de hacer muchas cosas a a vez también es bien conocido. Y si bien todo esto son "normas" generales, y siempre nos encontraremos excepciones a ellas, la verdad es que mientras nosotras gastamos todo ese tiempo y dinero en depilarnos de arriba a abajo, vamos al solarium, a la peluquería, al gimnasio, o pasamos hambre con la esperanza de que nos encuentren muy atractivas, y sexys, y sofisticadas, aunque lo escondamos todo bajo un "lo hago para sentirme bien conmigo misma". ¿Acaso no sabemos, o no somos conscientes, de que sólo sientiéndonos bien con nosotras mimas vamos a conseguir todas las miradas que queremos?¿Al fin y al cabo no se trata siempre de nuestra vanidad? Aunque, en mi opinión, son los hombres los que se llevan el premio a la vanidad más elaborada. Cuando un hombre se arregla es simplemente para sentirse bien consigo mismo, que es más que suficiente para ellos. Porque ellos, mal que nos pese, o mal que nos cueste entenderlo, son simples.
Calvin Klein dice que hace falta mucho maquillaje para ser natural. Yo pienso que es muy difícil llegar a ser natural sin ser vulgar, aunque dicen que con clase se nace, no se hace.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenooooo... yo estoy encantada con mi depilación integral, que quieres que te diga.
Pero no voy a dejar de reconocer que lo he hecho un poquito por mi y un poquito por él.
Para variar no está mal.Pero paso de esclavitud.
Desde aquí (y con la venia) rompo mi lanza en favor de las rastas en las piernas... o piernas peludas con la raya al medio, ea.

Strange Days